jueves, 20 de octubre de 2011

SEMÁFORO EN ROJO

Sí. Me encanta cómo es. Cómo me trata. Cómo se mueve. Cómo huele. Me emociona cuando le veo. Me cae bien. Me hace reír ¿Y yo? Yo creo que también. Se ve cómo me mira. ¿Cómo sería darle un beso? No tiene nada de malo si le veo ¿o sí? No estoy haciendo nada. ¿Por qué me estoy fijando en alguien más? ¿Por qué me llama más la atención esa persona? Bueno. No tiene nada de malo, o sea, sí estoy enamorado pero no tiene nada de malo ver a alguien más, es normal ¿o no? Ahí viene. Es que vean cómo camina. Qué bien se le ve el gris. Que no vea que le veo. “Hola” “Hola”. Me guiñó el ojo. Me invitó a comer. Es una comida, super inofensiva. Tengo que comer de todas maneras. Ok, sólo la comida y ya. Que sea rápida. Es mi amig@, no tiene nada de malo. Cojo la ruta de siempre para no irnos juntos. No, mejor cogemos la misma ruta para que sea más rápido. No, cogemos mi ruta habitual para alargar el camino y así yo digo cuándo nos vamos. Sí, así está perfecto y no tiene nada de malo. Es más, me salto el postre para que sea más rápido. ¿Pero a dónde vamos? Mejor a un lugar donde no nos vea mucha gente. No, ¿Por qué no? Si no tiene nada de malo. Es más, vamos a un lugar donde nos vea mucha gente para que nadie sospeche nada. ¿Pero qué van a sospechar? Si no estamos haciendo nada malo ¿o sí? Yo creo que no.
Le gusta mucho la ensalada, igual que a mí. No le gusta la agua de panela con limón, a mí tampoco. No sabía que ya había leído ese libro igual que yo. También tiene un gato. Me encantan los gatos. No le pregunté si tiene pareja, creo que sí. No quiero saber. Pero no importa, sólo somos amigos. Amigos. Amigos. Amigos.
ya pasó todo, solo comimos y yá. es hora de saludar a mi actual media naranja. “Hola mi amor ¿cómo te fue hoy” “Bien ¿a ti?” “Bien” “Me muero de hambre, no he comido ¿tú dónde comiste?” “Este…por ahí. Solo, super rápido porque tenía mil cosas qué hacer”.

Y es ahí donde se prende el semáforo en rojo. Donde empieza todo lo complicado. Un terreno que desafortunadamente pisan más personas de las que deberían. Dejemos a un lado el bien y el mal. Nadie puede juzgar qué está bien y qué está mal si se juzga desde un punto de vista social. Las reglas sociales deben ser menos importantes que las personales. El problema no es si está bien o mal ir a comer con una persona por la que sientes atracción si ya tienes pareja. El problema es que en el momento que tu mente, tu líbido, tu todo, empiezan a girar y girar, tu paz interna se esfuma. Empiezan una serie de conflictos internos innecesarios. En vez de actuar ante lo que sientes tienes que meditar por qué lo sientes y después actuar según las conclusiones. ¿Por qué sientes atracción por alguien más? ¿Qué tan fuerte es esa atracción? ¿Es porque estoy inconforme con mi relación? ¿Es porque estoy inseguro? Hay tantas y tantas preguntas. Pero no puedes responder ninguna si estás actuando mientras te cuestionas. Antes de meterte en un hoyo tienes que tener las herramientas para poder sobrevivirlo.

La infidelidad es la manera más rápida de romper tu propia alma porque lo complicado que es mantenerla te drena de energía. Nada bueno puede venir de traicionar tus instintos. El problema es que el miedo a perder algo es lo que nos lleva a arruinar todo.

La mejor manera de evitar un conflicto interno es haciéndolo externo. Entendiendo porqué te está pasando y después actuar de la mejor manera según la respuesta, para que ni tú ni nadie salgan innecesariamente lastimados.

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