domingo, 6 de octubre de 2013

MI IRRESISTIBLE MEDIA NARANJA

Fue un sábado vespertino en el que junto con Martínez, Castro y Novoa en un charla que empezó con una sutil pregunta sobre la soltería incierta de los 20's reflexionamos sobre nuestra mitad ideal, aquella persona irresistible que llena vacíos de vacíos, que estremece como el frio de invierno en la piel y que suscita viajes al infinito y más allá.


Después de unas cuantas salsas con papas y un largo viaje en transmilenio hasta mi casa, concluí lo que han sido mis preferencias cítricas-sentimentales  desde mis 16 años hasta hoy ; Me ha resultado irresistible esa persona con cierto "peligro" es decir aquella que tuviera una personalidad poco obvia e indescifrable , una zona muy privada por fuera de mi control que me desafiara a conquistarle de forma permanente y mantuviera vivo el misterio de sus hilos enredadores . Una persona con la perversidad suficiente para hacerme sentir intensamente , deseado , aplicando ese venenoso don de darse y quitarse con periódica pero asimétrica cadencia , y provocar así una especie de erótico balanceo , una ansiedad sensual , una agonía sublime y placentera . Este aspecto acompañado de una inteligencia afilada , mirada oscura , manos largas , labios , labios insaciables , modales refinados , sentido del humor y una forma de hablar natural y relajada ,  que en alguna ocasión fue letal .

También he rendido culto a la belleza física , y me han arrebatado cuerpos atléticos , pieles doradas lisas como el hule , dientes brillantes y fáciles de sonreír , cabelleras rebeldes y otras de bajos perfiles , el ritmo y "agarre" para bailar o llevarme de la mano. Me han atraído las personas poderosas , las exitosas por cuenta de un verdadero talento , esa persona sexualmente cargada y deseada por otros ( y otras) delante de los cuales pudiera sentirme ganador . Me ha cautivado esa persona aventurera , esa que no programa nada y se le ocurren los planes más extravagantes , la persona con un estilo personal para vestirse, la persona leída y culta , la que maneja bien y rápido , esa persona que también inventa recetas , la sibarita , esa persona que sabe besar.

Ninguna de estas características terminaba de gustarme sin ir acompañada del primer atributo al que referí. Ni la persona mas bella del mundo podía realmente parecérmelo si no llevaba dentro su malvado secreto con el que garantizar la cuota de incertidumbre y sufrimiento . Este patrón evolucionó dentro de mis historias románticas desde su muestra más primitiva personificada en la persona francamente guache que me ha dejado plantado , hasta la sofisticada persona encantadora de serpientes necesitadas que engatusa con retazos de poemas. Y así hubo algunas más bellas que otras , más feas , más gordas , más flacas , tacañas , una con melena  de león rasta  y otra hasta con formidable piercing en la ceja . Todas tan seductoras que frente a ellas , por razones incomprensibles en este momento , me sentía vulnerable e impulsado a hechizarlas como fuera .

Actualmente mi irresistible media naranja tiene un andar diferente sobre los anchos suelos de las personas de su estatura . Fue preciso atravesar una etapa de apatía , descansar en una soledad serena y bien convenida , para que el día menos pensado , ya sin la zozobra de la búsqueda pudiera verla .

Esa media naranja tan sencillamente segura de si misma que acepta abiertamente sus inseguridades . La persona que admira lo femenino y lo masculino , devoto de cada uno sin caer en el servilismo . La persona que sabe mirarme , que me confronta , que saborea y disfruta profundamente mi compañía , la persona monógama , esa persona que tiene miedo y dice "tengo miedo" , esa media naranja impoluta, pulcra , la que se baña por horas . La persona cuya inteligencia va más allá de los cálculos matemáticos, los juegos de palabras y los resúmenes literarios , llegando a los confines mágicos del silencio y de las lágrimas . Esa persona alegre , satisfecha , lúdica . Esa media naranja con carácter , generosa de corazón y de encumbrado linaje espiritual , que goza la vida . La persona que admira lo bello y lo procura en todas sus formas , que adora la estética de la existencia misma . Esa irresistible persona que no teme al trabajo , creativa , artista para crear su propio mundo , que expresa sus certezas y confusiones , que se ríe de si misma . Esa persona que cuida , defiende y protege , que se entrega a su pareja naturalmente sin tener que deshacerse en promesas porque cada gesto cotidiano revela su rendición sin aspavientos . La persona sabia

No se trata del príncipe azul o la princesa rosada que alimentan con su melado de bondades las esperanzas insulsas de plebeyos perezosos . Se trata de la persona real que cualquiera con una buena autoestima se merece . Y como pasa con los platos que resultan deliciosos aunque sus ingredientes sean individualmente chocantes , no es la lista de cualidades sino esa acogedora mezcla de virtudes y defectos sazonada armónicamente de acuerdo a nuestra también imperfecta
manera de ser , y que nos conmueve hasta los tuétanos haciendo que el corazón en coro con nuestros sentidos se arrodille , lo que hace a la media naranja ... al menos a la mía , explosivamente irresistible .

viernes, 15 de febrero de 2013

COSAS QUE PASAN...

 
Pasan los días, lentos, absurdos. Pasan las ilusiones, se desvanecen con cada sonrisa falsa. Pasan las personas, Él no ha conocido a la primera que tenga el valor para quedarse. Pasa el día, y se repite el circulo vicioso otra vez. Pasan recuerdos revueltos, recuerdos olvidados, recuerdos miserables, recuerdos que no debiesen ser recuerdos. Pasan y pasan en cada suspiro. Pasan las mentiras, la gente las ve pasar y las deja seguir su camino. Si todo pasaba, ¿porqué Él era la excepción? Siempre ahí, estático, débil, ya con poco para dar. Con miedos, dudas y odios que se acrecentaban, ya que no podían irse, y tenían que fortalecerse para poder existir.
 
Se encontraba inmerso en la oscuridad. Inmerso en la jaqueca que la agobiaba desde hace un par de días atrás. Inmerso en la fiebre. Inmerso en la "enfermedad". Inmerso en su mente...

Escucho en la oscuridad ese estribillo de la canción, esa estúpida pregunta que esta vez no podía contestar: ¿serais ce possible alors?. Pensaba que ese posible esta vez no debía ser posible. Pensaba que ese posible no podía seguir siendo un vaivén. Pensaba que llegaría otro posible, que se convertiría en imposible, pero ya estaba cansado de esos posibles pasajeros. Por tanto no había posible. No esta vez. En su estatismo no era posible inmiscuirse en ese pasar de cosas, y dejar que esas cosas a su paso, abrieran más y más heridas. Entró en ÉL preocupación por algo que ya sabía pero que ignoraba, algo que dolía, al evocar recuerdos de esas cosas que van en vaivén.

Se fue fundiendo con la oscuridad, fue quedándose dormido, fue transportándose a esos sueños. Esos que sólo podía soñar Él: sueños que pasaban a pesadillas, y de pesadillas a realidades. Viendo su rostro aún en la oscuridad puedo descifrar lo que sueña. Al despertar me lo confirmo "sueños asquerosos, llenos de recuerdos y miedos, que me hacen querer no dormir, pero tampoco me hacen querer despertar".

Se levantó despacio. Mareado por haber dormido tanto, mareado por esa cantidad excesiva de medicamentos. Aprovechó la soledad de su casa, colocó la canción del estribillo que lo contrariaba. Tomó en sus manos esa taza en la que le gustaba tomar tinto, y sirviéndose un café árabe de Canela, se alejo un poco de la realidad, y me invitó, a caminar sobre las nubes de algodón de azúcar. Mirábamos a la gente desde arriba, atónitos, porque disfrutan ese vaivén. ¿Acaso no se puede desear algo que esté ahí y que no sea pasajero? Menos mal te tengo a ti - contestó.

Somos uno, somos dos. La cantidad ya no importa. Con su aterrizaje a la realidad también volví yo. Estaba ahí, sentado, tomándose ese café. Estaba ahí con la mirada perdida y cansada. Me encantó la ironía que manejo, al decirme con una sonrisa hipócrita: "son cosas que pasan".

sábado, 26 de enero de 2013

SEDIENTOS

 
 
-Sentados. Uno al lado del otro.
Sentados como un par de perfectos extraños . Dos extraños que se conocían mucho. Dos extraños que se conocían poco. ¡Eso es irrelevante! Eran dos extraños que tenían mucha sed.
 
-¿sed?
 
-Sí. Sed. Uno tenía sed del otro y viceversa. Sed de conocerle y no conocerle. Sed de amarle y no amarle. Sed de las palabras que se dijeron y las que no se dijeron. Sed de las palabras que no se dirán más. Tenían sed del silencio del otro. Sed de amarse, incluso en eso que llamaban no amor. Sed de un adiós que sus bocas no pronunciarían, un adiós que era prolongado por el silencio que los rodeaba cuando se encontraban ... Sentados. Uno al lado el otro. Sentados como un par de perfectos extraños.
 
-¿Entonces?
 
-Entonces descubrí que no sólo nosotros teniamos sed. Encontré el fragmento adecuado de uno de los poemas más bellos jamás escritos ; "Le monde a soif d'amour" . ¡Todo el mundo tiene sed! Insaciable, repulsiva, patética, in-existente, im-posible. Me pregunté si en realidad había logrado yo matar al amor. Si el mundo no lo había matado entonces yo tampoco, ni siquiera en el mundo mío, ni siquiera en el mundo suyo, ni mucho menos en el mundo por el que caminan todos esos sedientos que no saben amar. Entonces supe que era amar. Amar es poder ver mi reflejo en sus pupílas. Sonriéndome. Sonriéndole.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¡DE GACELA A CENTELLA!

Me remontaré a algo que pasó hace ya un rato, y que hoy me hizo pensar en aquello. Fue hace un par de meses, una mañana en la que , para variar , iba tarde y llegué a mi parada del alimentador solo par ver al bus cruzando la calle en el siguiente  semáforo, rumbo a la siguiente parada que no estaba muy lejos de donde acostumbro a esperarlo, con una cuadra de ventaja. En ese momento pensé ¿Patitas pa' qué las quiero si no es para alcanzar ese hijo de su madre bus? Y sin perder más tiempo me eché a correr de la única forma en que se correr ; como un niño. Pero mi carrerón tuvo que detenerse en el mismo semáforo en el  que un minuto antes había visto al bus , ahora estaba en rojo y una corriente interminable de carros particulares me separaba del objeto de mi persecución . (Malditos snobs y sus carritos sin pico y placa)
 
Habiendo perdido la esperanza y el aire , levanté la cabeza y me dí cuenta de que el bus seguía parado en el centro comercial (la parada siguiente a la que yo espero) esperando a una mujer que a lo lejos pude identificar como una oficinista equis , que a pesar de que iba tan tarde como yo (supongo) tenía a su favor encontrarse del lado correcto del semáforo y el hecho de que el conductor ya había notado su maratón entaconada. Finalmente la cola de carros me dejó un pequeño espacio por el que pude cruzar la calle , y retomando mi pique de ratero logré alcanzar la lejana puerta del bus, desparramándome en la primera silla libre que encontré . Mientras abordaba justo antes de la oficinista equis , el chofer con una sonrisota en la cara me dijo algo como "uyyy pelao' yo lo veía por el retrovisor y eso parecía una gacela". Y es precisamente esa palabrita la que le sigue causando tanta gracia a Mabel* y la que seguimos usando para burlarnos cuando nos toca pegarnos la carrerita detrás de un bus alimentador , que como ya habrán notado ustedes queridos vomitadores, para mí es cosa de cada semana.
 
Por lo tanto una pequeña parte de mí ya estaba lista para gaceliar ésta mañana en la que, una vez más, salí de mi casa con cinco minutos de retraso rumbo a un encuentro formalito que eseraba yo que se convirtiera en un desefrenado día de sorpresas. Una mirada rápida hacia el semáforo , bastó para confirmar mis sopechas : El alimentador , ese bucecillo verde de esa empresa masomenos funcional , ya había pasado por mi parada y se alejaba de mí con paso lento pero constante . Mis reflejos gacélicos se pusieron en marcha y un segundo después ya estaba corriendo como niño poseído en plena carrera 113. Pero el maldito semáforo volvió a hacerme la misma de hace unos meses , dejando seguir al bus y cambiando inmediatamente a rojo para impedirme el paso. Lo malo es que esta vez no habría oficinista equis y sus eficientes tacones que me salvaran . El bus siguió su camino , sin mi , y yo ya estaba resignado a llegar tarde y a caminar hasta el portal de transmilenio. Sí , yo sé , tanto drama y tanta carrera sólo por no caminar un poco... pero es que es el portal 80, y no es que sea cerca... no tanto como para ameritar una caminata apresurada . En fin.
 
Estaba en esas cuando un motociclista me llamó desde el otro carril :
 
Motociclista : Men , ¿necesita alcanzar ese bus?
 
No marica, me gusta correr detrás de buses random y después contemplar cómo se alejan -pensé-
 
Yo : Ehmmm , si.
 
Motociclista : Súbase , yo lo arrimo a la otra parada .
 
¿Y si el sujeto este quiere robarme? ¿Y si me secuestra? Mmmm , ¿Y si es Tatan Mejía ocultado su identidad debajo de ese lustroso casco? ¿Subirme a la moto de un desconocido o irme a pié y llegar tarde?
 
Yo : Mmmm bueno.
Motociclista : Hágale que alcanzamos la próxima si nos vamos por la 83
Yo : Pero váyase a mil, porque ya debe estar dando la vuelta.
 
Dicho esto me trepé a la moto , el muchacho este le metió la chancleta y comenzó a perseguir a ese bus metiendose entre dos filas de carros . Y allí iba yo , sintiendome el copiloto del mismísimo Centella (el ánime ese japonés de los años jupa), con el viento helado en la cara y un poco de susto porque este tipo de cosas no pasan todos los días. Afortunadamente la persecución no duró mucho , alcanzamos el bus gracias a un trancón que se había formado antes de llegar a Unicentro occidente. Mi Tatán Mejía personal dió un último acelere y me dejó justo en frente de la puerta de la mitad .
 
Solo me quedaba agradecerle a éste sujueto que cual Zorro del nuevo milenio, (vestia ropas negras y su moto aún más negra) me hizo una leve señal de "deber cumplido" con sus cejas , despedirme de él y bajarme de su moto . Pero por supuesto no podía faltar el tropezón-casi-caída , como si el chofer y demás pasajeros del alimentador no tuvieran ya suficiente material para burlarse de mí en silencio y sin que yo lo sepa . Y así fué como pasé de gacela a capitan Centella , sólo por no programar el despertador unos quince minuticos más temprano .
 
No me vengan a decir que  no es cierto que ésto solo me pasa a mí... o cuantos de ustedes han aceptado un aventonsito  de un extraño así impulsivamente y se dejaron convencer por una vocecilla chevere  y un perfumillo de aroma a dioses olimpicos y la sensación de motocicleta a toda velocidad apenas para salir volando . . .  solo me pasa a mí . . .
solo por curiosidad, quisera saber si les ha pasado algo parecido... comenten y tal vez hagamos unas historiecilla con eso ;)
 
*Mabel es una compañera de universidad con quien recientemente hemos tenido como constante tema de conversación, nuestras peleas con el transporte público y la vida en general.
 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

NO TE ENAMORES DE MÍ



Muchos piensan que si su ligue de la noche anterior les llama para tomar café es porque se ha enamorado y se quiere casar con ellos. Confunden el interés con el amor y se agobian. Pero, ¿de quién es el problema? ¿Del que llama o del que se agobia?


“No le llames todavía. Si lo haces parecerás demasiado ansioso y va a pensar que estás recolectando babas en un valde”. “No quedes dos veces con el mismo, no se vaya a creer que estás enamorado”.

Echar mano de ciertas dosis de frialdad cada vez que estamos lo suficientemente enajenados mentalmente como para relacionarnos con alguien en plan rollo /follamigo /noviete /consolador industrial, está muy de moda. Está tan de moda que en cuanto un individuo nos muestra un poquito de afecto o atención (nos trata bien, nos manda un mensaje, es atento) en lugar de regalarnos toda la indiferencia del mundo, nos agobiamos. O sea, que cuando alguien muestra un mínimo de interés por otra persona, esa persona lo malinterpreta y termina pensando que, poco más o menos, esa muestra de interés significa que el sujeto en cuestión está a punto de aparecer acompañado de una tuna, arrodillarse, enseñarle un anillo de diamantes y pedirle matrimonio.

A todos nos ha pasado (si, asi sea solo una vez). Hemos conocido a alguien, hemos congeniado, hemos tenido carricoche y a los pocos días hemos pensado que sería una buena idea llamar haciendo uso de esa cosa que se denomina teléfono móvil (y que, al parecer, se dice, se comenta, que sirve para algo más que para poner la alarma con el fin de despertarte por las mañanas para ir a correr detras del alimentador). Almas cándidas que somos (qué tonticos) hemos llamado a esa persona y le hemos propuesto quedar para tomar un sencillo y nada comprometido capuccino en "Juan Valdéz". Y esa persona no sólo se ha sentido sorprendida, violentada y desconcertada ante la proposición, sino que entre nervios y tartamudeos te ha contestado con la voz quebrada por un grito ahogado que la estás agobiando y que la dejes en paz. Es muy probable que a continuación, aunque tú no pudieras verlo, haya tirado el teléfono al suelo totalmente aterrorizada y se haya dejado caer hecha un ovillo, al tiempo que llamaba a su madre entre sollozos. Cual primera escena de Scream.

Bien. Ante esta situación es muy probable que te sientas como un auténtico psicópata o como un desesperado-degenerado-desquiciado de tres al cuarto. Poco más o menos te han hecho sentir como si hubieras estado espiando a tu ligue mientras te tocabas con los ojos vueltos, ataviado únicamente con una gabardina, en medio de un parque infantil. Pero tengo noticias para ti: a menos que estés en la nube voladora de Gokú y realmente obsesionado y te hayas dedicado a llamar a ese tipo(a) 23455'65 veces para pedirle una cita, no eres un psicópata; eres una persona normal que llama a otra persona aparentemente (pero sólo aparentemente) normal para tener una cita. Es decir, que el problema no lo tienes tú, que sólo querías tomarte un tinto y si acaso echar otro casquete pa' darle gustirrin al cuerpo, sino ese individuo con un miedo patológico al compromiso que se piensa que por quedar dos veces con la misma persona está embarcándose sin remedio en la senda que conduce a casarse y tener 234 hijos y un perro labrador en una cabaña junto a un lago.

Y es que sus mentes están distorsionadas. Ellos solos se lo guisan y ellos solos se lo comen. Se montan la película. Y encima te hacen creer que el problema está en ti (es que viejo, mire usted es como raro ¿cierto? como se le ocurre llamar a alguien para tomar café). Esto se extiende a otras acciones cotidianas y normales que son tomadas como auténticas amenazas contra la integridad del codiciado soltero, estableciéndose así la siguiente tabla de equivalencias:

-Te llamo = Quiero casarme contigo.

-Te digo que me caes bien = Estoy profundamente enamorado de ti como nunca lo he estado de nadie.

-Te puedes quedar a dormir en la sala = Me encanta pasarme las noches en vela mirando cómo duermes.

-Te doy un beso sin que estemos follando = Quiero despertar cada mañana a tu lado y que me digas “buenos días, principe” mientras suena Luis Fonsi en la radio.

-Te rozo la mano sin querer cojerla del todo = Quiero que tengamos hijos como para hacer un equipo de fútbol.

-Te digo que me agrada estar contigo = Quiero envejecer a tu lado y que veamos la tele local en el porche el resto de las tardes de nuestra vida mientras tejemos sacos de punto para nuestros nietos.

-Te invito a cenar en un MacDonald's = No puedo vivir sin ti y voy a dedicarte la canción de El Guardaespaldas en un karaoke (and IIIIIII iaaaa will always loviuuuuuuuu uuuuu). Incluso pretendo drogarme para parecerme más a Whitney Houston y que tú seas Kevin Coñe (o al contrario).

Incluso el mero hecho de dar el teléfono a la persona que te acabas de zumbar parece estar comprometiéndote demasiado. Siempre surge la frase de cajon, esa que parecen haber aprendido todas las personas en el kinder un día que yo falté a clase: es que no quiero que te enamores de mí”. Como si tú fueras lo suficientemente estúpido a estas alturas de tu vida (con tantos tiros pegados) como para enamorarte de ellos sólo por echar una palabrita al son de un té o como si ellos fueran estupendérrimos e irresistibles e inevitablemente, por ciencia infusa, suscitaran ese sentimiento en nueve de cada diez pendejos ( no me mires mucho ni te arrimes demasiado a mí, no vaya a ser que te vuelva loco(a) y ya no puedas vivir sin mí) y como si tú no supieras cuidar de ti mismo.

Lo que quiero decir es que en ocasiones confundimos el tocino con la velocidad y creemos que el mero hecho de mostrar o que muestren cierta consideración hacia nosotros (como seres humanos, compañeros de especie y esas cosas, personas, sin nada romántico de por medio), nos está comprometiendo a algo más o nos está implicando en esa palabra de cuatro letras que todos ansiamos pero cuya mera pronunciación nos horroriza ("amor").

A veces no es necesario buscarle los tres pies al gato. Una llamada es una llamada. Un folle es un folle. Una cita una cita. Y enamorarse es enamorarse. Son cosas distintas. Y en la mayoría de los casos dos personas que se la pasan bien estando juntas no son más que dos personas que se la pasan bien estando juntas. Nada más. Y nada menos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

PARANOIA BANCARIA

Existen bancos tan despreciables como sus cajeros , digo , esos que caminan , porque poca diferencia hay entre el trato y la automatización .  Ambos hablan , pero hay algunos tan intimidantes que la pobre gente hasta se acicala un poco y se arregla las vestimentas cuando les llega el turno. Ni modo de hablar a un tono de voz normal, pues es una ceremonia tan sublime como recibir la comunion en las iglesias católicas. Todo ésto sin mencionar mi nemesis de los tramites (la fila) y  la rígida y absurda compostura dentro de éstas entidades; Ni se le ocurra mirar su telefono celular, la paranoia los trajo hasta el punto de impedir contestar un teléfono , porque esque todos somos potenciales malandros en aras de hacerle algun mal al banco. Textos, periódicos, libros o cualquier lectura tampoco se admite porque seguramente algo maléfico y detestable está tramando ... y a no ser que esté tramando como hacer el arroz el día que esté solo en casa jamás pierda su mirada en algo que otros no puedan deducir que es. Digo ésto sabiendo que he ido a bancos donde la gente aún es humana , respira, habla , maldice , raja del prójimo , lo llaman por teléfono y en ocasiones haya café con música a volumen alto , ¡en serio!
 
Comprendo las brutales y deseperadas medidas contra el robo , pero ¿que acaso los bancos no están asegurados? en el peor de los casos olvidandose de lo que le suceda al usuario de puertas pa' fuera. Pero lo que mas me ofende y definitivamente me indispone sobremanera (aparte de las odiosas filas) es que se ensañen con una de las quien sabe cuantas personas que entran a una entidad bancaria, como me pasó hace algunos días;
 
Se acerca un joven "guachiman" de éstos encargados de la seguridad del banco y me dice que si le colaboro con el sombrero , a lo que le contesté que en realidad muy poco podia hacer por el diseño de su kepis, que yo era diseñador gráfico y que mejor consultara con un diseñador de modas . Me dice que no , que me quite el mío y yo enseguida le contesté que no queria hacerlo y le pregunté que cual era la paranoia con la gente , ya exaltado el vigilante éste me dice que son ordenes y que debo hacerlo . Con la sangre empezando a hervirme  le pregunto ¿y de quien son las ordenes?, ¿de Dios?  le hable de la chica rubia que había mas adelante con una boina y ella no le dijo nada, al anciano delante de mi que llevaba un sombrero parecido al mio pero increiblemente feo y descuidado al cual no lo reprimen , ya muy enojado decidí quitarme el sombrero , pero pocos minutos despues  entra un uniformado del ejercito con gorra, y una agente de policia (muy rechoncha por cierto) tambien con el caracteristico kepis y a ninguno le dicen nada . Decido ponerme mi sombrero nuevamente . Viene otra vez el guachiman ; "¿se lo quita por favor?" y sin deseos de ser educado le respondí: ¡comenecemos por la suya y la de los otros dos que acaban de llegar!  "es diferente porque hace parte de un uniforme" me dice el pendejo éste y le respondi: ok , éste sombrero es parte de mi elección personal, eso tambien maraca la diferencia ¿o no?
 
El joven guardian se marcha de enfrente de mi cara muy aburrido . El resto del público ríe y mientras los uniformados se quitan sus repectivas gorras, yo guardo mi sombrero en señal de consideracion mas no de respeto , pensando en las decenas de bandidos con gorra que me pueden atracar si decido seguir la estructura de indumentaria en al entidad bancaría. Me pregunto luego ¿Y si me diera por entrar con antifaz?
 
Finalmente llega mi turno, y oh sorpresa, me ha tocado cajera!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

SE BUSCA... (micro vómito)

 
se busca alguien de labios suaves e incitantes
que sepa lavar
y que sepa destender la cama
para irnos a besar.
 
Que en sus brazos me sienta
un niño pequeño
sonría , le mienta
y se trague mis penas .
 
Que sacuda mi cama
como un animal
y que por las mañanas
me dé un poco más .
 
Que no sea muy malo
que no sea muy bueno
y si me hace regalos
que no le cueste dinero .
 
Alguien que cuide de mí
que quiera matarme
y se mate por mí