lunes, 12 de noviembre de 2012

PARANOIA BANCARIA

Existen bancos tan despreciables como sus cajeros , digo , esos que caminan , porque poca diferencia hay entre el trato y la automatización .  Ambos hablan , pero hay algunos tan intimidantes que la pobre gente hasta se acicala un poco y se arregla las vestimentas cuando les llega el turno. Ni modo de hablar a un tono de voz normal, pues es una ceremonia tan sublime como recibir la comunion en las iglesias católicas. Todo ésto sin mencionar mi nemesis de los tramites (la fila) y  la rígida y absurda compostura dentro de éstas entidades; Ni se le ocurra mirar su telefono celular, la paranoia los trajo hasta el punto de impedir contestar un teléfono , porque esque todos somos potenciales malandros en aras de hacerle algun mal al banco. Textos, periódicos, libros o cualquier lectura tampoco se admite porque seguramente algo maléfico y detestable está tramando ... y a no ser que esté tramando como hacer el arroz el día que esté solo en casa jamás pierda su mirada en algo que otros no puedan deducir que es. Digo ésto sabiendo que he ido a bancos donde la gente aún es humana , respira, habla , maldice , raja del prójimo , lo llaman por teléfono y en ocasiones haya café con música a volumen alto , ¡en serio!
 
Comprendo las brutales y deseperadas medidas contra el robo , pero ¿que acaso los bancos no están asegurados? en el peor de los casos olvidandose de lo que le suceda al usuario de puertas pa' fuera. Pero lo que mas me ofende y definitivamente me indispone sobremanera (aparte de las odiosas filas) es que se ensañen con una de las quien sabe cuantas personas que entran a una entidad bancaria, como me pasó hace algunos días;
 
Se acerca un joven "guachiman" de éstos encargados de la seguridad del banco y me dice que si le colaboro con el sombrero , a lo que le contesté que en realidad muy poco podia hacer por el diseño de su kepis, que yo era diseñador gráfico y que mejor consultara con un diseñador de modas . Me dice que no , que me quite el mío y yo enseguida le contesté que no queria hacerlo y le pregunté que cual era la paranoia con la gente , ya exaltado el vigilante éste me dice que son ordenes y que debo hacerlo . Con la sangre empezando a hervirme  le pregunto ¿y de quien son las ordenes?, ¿de Dios?  le hable de la chica rubia que había mas adelante con una boina y ella no le dijo nada, al anciano delante de mi que llevaba un sombrero parecido al mio pero increiblemente feo y descuidado al cual no lo reprimen , ya muy enojado decidí quitarme el sombrero , pero pocos minutos despues  entra un uniformado del ejercito con gorra, y una agente de policia (muy rechoncha por cierto) tambien con el caracteristico kepis y a ninguno le dicen nada . Decido ponerme mi sombrero nuevamente . Viene otra vez el guachiman ; "¿se lo quita por favor?" y sin deseos de ser educado le respondí: ¡comenecemos por la suya y la de los otros dos que acaban de llegar!  "es diferente porque hace parte de un uniforme" me dice el pendejo éste y le respondi: ok , éste sombrero es parte de mi elección personal, eso tambien maraca la diferencia ¿o no?
 
El joven guardian se marcha de enfrente de mi cara muy aburrido . El resto del público ríe y mientras los uniformados se quitan sus repectivas gorras, yo guardo mi sombrero en señal de consideracion mas no de respeto , pensando en las decenas de bandidos con gorra que me pueden atracar si decido seguir la estructura de indumentaria en al entidad bancaría. Me pregunto luego ¿Y si me diera por entrar con antifaz?
 
Finalmente llega mi turno, y oh sorpresa, me ha tocado cajera!

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